Desde el momento en que cortamos nuestro primer diente, nuestra salud dental contribuye a una alta calidad de vida. Nuestros dientes afectan la forma en que sonreímos, comemos, reímos, hablamos en público e incluso la forma en que nos sentimos acerca de nosotros mismos. Una sonrisa agradable es un signo de atractivo y confianza, incluso para los niños.
Los problemas dentales tienden a tener efectos a largo plazo. Es por eso que los chequeos dentales regulares y la atención dental tan pronto como se detecta un problema son tan importantes. El hábito de una buena higiene bucal y un cuidado dental regular generalmente se aprende cuando somos niños.
Debido a que se encuentran en una etapa de la vida en la que aún se están desarrollando, y sus dientes permanentes aún no han llegado (o apenas están entrando), los niños tienen necesidades especiales y requieren un tipo diferente de odontología que los adultos. Por ejemplo, las caries son comunes en los niños, pero la enfermedad de las encías no lo es. Muchos niños necesitan aparatos ortopédicos para ayudar a enderezar los dientes desalineados.